Todo buen repostero ha de contar con los instrumentos necesarios para realizar con libertad sus creaciones. En la actualidad, la variedad de moldes de repostería es extensísima, con materiales (metal, cerámica, plástico, silicona...), formatos y diseños tan variados que no resulta fácil escoger una selección personal de todos ellos. Es cierto que, ocasionalmente, una receta concreta puede exigir un tipo específico de molde; pero en general es suficiente, para empezar, disponer de un molde de muffins, otro de plumcake y un tercero cuadrado, así como de una bandeja para hornear.
El primero de los moldes de repostería mencionados, el de muffins, resulta extremadamente versátil, ya que permite también hacer magdalenas, cupcakes y mini cakes. Además, su reducido tamaño posibilita preparar pequeñas cantidades, que siempre requieren un menor periodo de horneado. El molde de plumcake, que también puede ser de pan, facilita la realización de panes de molde, bizcochos y varios tipos de barra.
Ahora bien, si lo que te interesan sobre todo son los brownies, los moldes cuadrados te resultarán extremadamente útiles, casi imprescindibles. Mucho más teniendo en cuenta que así mismo permiten hacer rolls, panecillos, coffe cakes y blondies.
Sea como sea, la bandeja de hornear es el utensilio más versátil de los mencionados. Son ideales para cocinar galletas, macarons, biscotti, scones, panes y biscuits. Como recomendación final, te proponemos escoger siempre tus moldes de repostería en función de tus necesidades específicas, muy especialmente si te has aprovisionado convenientemente de estas cuatro referencias básicas que acabamos de plantearte. Además, en la medida de lo posible, te recomendamos evitar el uso de la silicona y los diseños extremadamente innovadores y llamativos: por lo general sólo buscan capturar tu atención, pero no aportan una utilidad adicional a los más tradicionales. Los moldes para postres están disponibles en el corte inglés o en lancaria.
Toda vez que cuentes con los moldes de repostería necesarios, estarás en condiciones de dejar volar tu imaginación y aplicar tu creatividad a un sinfín de postres con los que, a menudo, todos terminarán encantados.
El primero de los moldes de repostería mencionados, el de muffins, resulta extremadamente versátil, ya que permite también hacer magdalenas, cupcakes y mini cakes. Además, su reducido tamaño posibilita preparar pequeñas cantidades, que siempre requieren un menor periodo de horneado. El molde de plumcake, que también puede ser de pan, facilita la realización de panes de molde, bizcochos y varios tipos de barra.
Ahora bien, si lo que te interesan sobre todo son los brownies, los moldes cuadrados te resultarán extremadamente útiles, casi imprescindibles. Mucho más teniendo en cuenta que así mismo permiten hacer rolls, panecillos, coffe cakes y blondies.
Sea como sea, la bandeja de hornear es el utensilio más versátil de los mencionados. Son ideales para cocinar galletas, macarons, biscotti, scones, panes y biscuits. Como recomendación final, te proponemos escoger siempre tus moldes de repostería en función de tus necesidades específicas, muy especialmente si te has aprovisionado convenientemente de estas cuatro referencias básicas que acabamos de plantearte. Además, en la medida de lo posible, te recomendamos evitar el uso de la silicona y los diseños extremadamente innovadores y llamativos: por lo general sólo buscan capturar tu atención, pero no aportan una utilidad adicional a los más tradicionales. Los moldes para postres están disponibles en el corte inglés o en lancaria.
Toda vez que cuentes con los moldes de repostería necesarios, estarás en condiciones de dejar volar tu imaginación y aplicar tu creatividad a un sinfín de postres con los que, a menudo, todos terminarán encantados.